viernes, 28 de enero de 2011

La pesadilla

Cuando entra la noche
intento concentrar la atención
en tu sombra
si, digo sombra porque es lo que queda.
Entonces pienso en tu figura
intentando llegar a un sueño lúcido
pero no lo consigo.
Todo acaba en pesadilla.

Eramos tú y yo
solos tú y yo,
en mi sueño.

Tu voz se volvió áspera
y tus manos se retorcieron
como ramas de olivo
sobre mi cuello.
Noté el cálido aroma a vino
que desprendían tus labios,
quise besarte.
Pero lo que a veces
pensamos es un bello sueño
torna a menudo en siniestra congoja.

Me dejaste sin respiración
mis brazos se agitaban
mientras la luna gritaba.
Te supliqué que pararas.
Mis ojos se cerraban
para no ver tu perversa mueca.
Tus dientes y tu cabello agitados,
Tu mirada amenazante.

La sombra se cernió sobre nosotros.

Oscuridad

Desperté sobresaltada
con el rumor del viento
sobre mi afligido cuerpo.
Ya no estabas a mi lado.
Eso me sosegó,
mas te eché en falta.
Porque cuando en sueños apareces
tu imagen apacigua tu ausencia,
y aunque sea una pesadilla
sé que al despertar
te habré contemplado por un instante.

1 comentario:

  1. La maravillosa novela de Mary Shelley “frankenstein” surgió de una sombra deforme envuelta en una pesadilla, que hermosas creaciones inspira la oscuridad, cuantas cosas podemos ver en ella!! Que trágico es soñar con fantasmas de esos amores imposibles y casi poderlos palpar pero despertar siempre solos.
    Que pesado soy hablando siempre de la oscuridad en lugar de dedicarme a sonreír por tu hermoso escrito...

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