Este año
el calor se resiste
a hacerse entrada
entre los pétalos,
el viento huracanado
y las caprichosas nubes
que sustentan
un cielo enamorado
Enamorado de tus ojos rasgados
de tus finos labios
de tu perfume ambarino...
ese perfume que irrumpió
en las noches de verano
de medias lunas antojadizas
y de conversaciones vitales
esos labios que extasiados
buscaban el destello de los mios
y revoltosos
jugaban a descubrir mi conciencia
esos ojos que encontraron el esplendor
del estío sobre un mar de otoño
Este año el verano se resiste a aparecer
La primavera se ha vuelto a enamorar de tu perfume,
tus labios
tus ojos
y el rocío brota de los mios
pues recuerdan con satisfacción
los amaneceres de julio a tu lado
domingo, 30 de junio de 2013
Cuestión de deseo
Y fue en un ocaso canicular
que nuestras miradas se cruzaron,
que el suave resuello de tu canción
me despertó.
El sol se escondió
y la noche precipitó
en tus labios exquisitos
el fresco reflejo de las cerezas,
y una mirada de terciopelo ámbar
cantaba una antigua melodía
que mis ojos acogían con timidez.
Despertaste una nueva ilusión
en mi corazón,
como si mi alma despertase
de un inagotable sueño.
Despertaste un deseo
nunca antes experimentado.
La quietud en tus labios
al rozar tu cara
me revelaron tu solemne fascinación
Días después,
el juguetear de mis dedos en tu cabello
levantaban mil ancestros en mi interior
Qué decir ahora,
dos años después de esto;
que lo que para tí
un día fue precipitado
para mí tenía que serlo,
y cobró sentido poco a poco
según te fui conociendo,
que los cerezos aquella noche
pactaron una alianza eterna e inquebrantable
entre nuestros ojos,
y que aunque un día pise tus cenizas
mi alma caminará contigo por siempre.
que nuestras miradas se cruzaron,
que el suave resuello de tu canción
me despertó.
El sol se escondió
y la noche precipitó
en tus labios exquisitos
el fresco reflejo de las cerezas,
y una mirada de terciopelo ámbar
cantaba una antigua melodía
que mis ojos acogían con timidez.
Despertaste una nueva ilusión
en mi corazón,
como si mi alma despertase
de un inagotable sueño.
Despertaste un deseo
nunca antes experimentado.
La quietud en tus labios
al rozar tu cara
me revelaron tu solemne fascinación
Días después,
el juguetear de mis dedos en tu cabello
levantaban mil ancestros en mi interior
Qué decir ahora,
dos años después de esto;
que lo que para tí
un día fue precipitado
para mí tenía que serlo,
y cobró sentido poco a poco
según te fui conociendo,
que los cerezos aquella noche
pactaron una alianza eterna e inquebrantable
entre nuestros ojos,
y que aunque un día pise tus cenizas
mi alma caminará contigo por siempre.
jueves, 6 de junio de 2013
Contra tu viento y mi marea
Como si de aire se tratara
tu cariño va y viene
la marea de tus ojos va y viene
tempestad que arrasó un día la orilla de los mios
Pero tu corazón se aferra al hoy, al ahora
y ahora...
solitaria mi mirada se aposenta en los recovecos
de un aroma,
de un leve levitar de tus labios,
del ínfimo ronroneo de tu voz.
Desconoces, yo lo sé, esta falta,
este hueco que cada minuto reconcome mi conciencia.
Si ese huracán tuyo irrumpiera...
ese que con su estruendo todo aplacaba,
tempestuoso,
manso otras veces pero obstinado,
todo este desazón
se esfumaría
cual vaho de tu brisa evaporada.
Tu alma, ¿qué será de tu alma?
acércate,
porque así podré sentirla
igual que esa tarde de verano
en que me hablabas de la luna de Damasco,
hace apenas dos años
digo apenas, pues para mi
fue un soplo de viento
todo este tiempo.
Dicen que el que no arriesga no gana
y yo digo:
o arriesgas o todo lo aprendido
se volatiliza,
es en vano
así que, corazón, arriesga
con cada vocanada de aire,
con cada latido,
ferozmente,
contra tu viento y mi marea...
y yo seré tu ancla y tu vela.
tu cariño va y viene
la marea de tus ojos va y viene
tempestad que arrasó un día la orilla de los mios
Pero tu corazón se aferra al hoy, al ahora
y ahora...
solitaria mi mirada se aposenta en los recovecos
de un aroma,
de un leve levitar de tus labios,
del ínfimo ronroneo de tu voz.
Desconoces, yo lo sé, esta falta,
este hueco que cada minuto reconcome mi conciencia.
Si ese huracán tuyo irrumpiera...
ese que con su estruendo todo aplacaba,
tempestuoso,
manso otras veces pero obstinado,
todo este desazón
se esfumaría
cual vaho de tu brisa evaporada.
Tu alma, ¿qué será de tu alma?
acércate,
porque así podré sentirla
igual que esa tarde de verano
en que me hablabas de la luna de Damasco,
hace apenas dos años
digo apenas, pues para mi
fue un soplo de viento
todo este tiempo.
Dicen que el que no arriesga no gana
y yo digo:
o arriesgas o todo lo aprendido
se volatiliza,
es en vano
así que, corazón, arriesga
con cada vocanada de aire,
con cada latido,
ferozmente,
contra tu viento y mi marea...
y yo seré tu ancla y tu vela.
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